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miércoles, 19 de noviembre de 2008

EL INTERES



El Interés

Por Brian Lynch, M.D.

Usted tiene sus intereses y yo tengo lo míos. ¿Alguna vez ha pensado que el “interés” es una fuerza emocional? ¿Por qué le gusta su color favorito? ¿Usted lo escogió? Claro que no. Solamente le gusta, tiene interés en él. ¿Por qué le gusta más el sabor vainilla que el sabor chocolate? ¿Usted escogió eso? Y así podríamos hacer una lista muy larga. Podríamos hablar acerca de su trabajo, el cual espero que le “gusta” y espero que lo “disfruta.” ¿Bueno, realmente escogió el trabajo que usted esta desempeñando?

Tal parece que nuestro gustos y lo que no nos gusta, y las cosas que no nos interesan empiezan muy temprano en nuestras vidas y hemos acumulado experiencias que nos guían a nuevas experiencias y a nuevos intereses. Claro que mientras más envejecemos esa parte que juega la “razón” es mucho más fuerte.

Habiendo dicho esto ahora estoy muy interesado en lo que pasa cuando usted tiene su interés y yo tengo el mío y estos son distintos. ¿Que puede pasar? Bueno, puede haber problemas. Los problemas son mucho peores porque tenemos una creencia inconsciente de que todo comienza con la “razón” y que esa razón es “lógica” y por lo tanto estamos en lo “correcto.” Si yo tengo la razón entonces usted debe estar “equivocado.”

Tal vez nos ayudaría entender que cada deseo, pensamiento, plan, proyecto, y dictado moral que alguna vez fueron inventados por el hombre han sido tendenciosos; y que primero estuvieron dentro del “interés” emocional de alguien o de algún grupo, y recuerden que esto también incluye el nuestro.

Podríamos comenzar dándonos cuenta que nuestros deseos, pensamientos, y sí hasta nuestras creencias están basadas en una “lógica” que es construida y aplicada a nuestros intereses únicamente después de que nosotros tenemos interés. Y de nuevo los intereses son formulaciones emocionales de nuestras experiencias no son formulaciones lógicas.

¿Entonces todo es únicamente “mi opinión”? ¿Como podemos resolver nuestros desacuerdos si mi “interés” es tan válido como su “interés”?

En la vida diaria esto puede resultar difícil, como todos sabemos. Lentamente estamos comenzando a entender nuestras emociones y para poder entender el poder de enseñar a nuestros hijos desde una edad temprana; por ejemplo, a sentir empatía por los sentimientos de otros, ej. intereses. Esto es una base para formar no tanto habilidades para formular argumentos y “ganar” un punto, sino habilidades para discutir y conversar que lleven a soluciones, contratos y síntesis.

El otro área donde los humanos hemos progresado, a través de los últimos varios cientos de años, es el área llamado “ciencia.” Aquí los científicos comienzan con un “interés.” Por ejemplo, yo tengo interés en encontrar una cura para el cáncer. Entonces ellos tratan de hacer reglas para limitar la contribución “emocional” lo más posible, una vez que se haya dado ese primer paso. Hacen esto principalmente al hacer que muchas personas observen los procedimientos y hacer acuerdos acerca de ellos y después hacer que otras muchas personas analicen los resultados para que no domine el “interés” de ninguna persona ni de ningún grupo.

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Traduccion por Eileen Lynch Guadalajara Mexico

lunes, 10 de noviembre de 2008

¡Seamos Felices el Día de Hoy!



¡Seamos Felices el Día de Hoy!

Por Brian Lynch, M.D.

No nos preocupamos acerca del hecho de que no comimos el día de ayer o aun mejor del hecho de si respiramos o no ayer. Tampoco nos preocupamos del hecho de que si tuvimos sed o sueño ayer. ¿Que son estas situaciones? Bueno uno se refiere a ellas como impulsos; tenemos impulsos para comer, para dormir y para respirar.

Nuestros impulsos son funciones que suceden mayormente en el fondo y funcionan día a día: hambre, sed, la necesidad de respirar, el impulso sexual, la necesidad de evacuar y de dormir; claro que esto no siempre es el caso. Cuando la comida o el dinero no son abundantes nos preocupamos acerca de la comida de mañana y la esperanza de alguna actividad sexual ocupa la mente de muchos, pero de nuevo, en la mayoría de los casos los impulsos trabajan en ciclos de veinticuatro horas.

Ahora yo sugiero que la intención es que nuestras emociones hagan lo mismo; que los sentimientos y las emociones deberían de considerarse como funciones corporales que trabajan durante un día dado. Si no se tratan así yo sugiero que casi todos los problemas de la vida se centran en el hecho de que andamos tras algún tipo de felicidad que no existe; la esperanza de un futuro sobre el cual no tenemos ningún poder ni manera de saber que es lo que podríamos lograr.

Ahora yo trabajo con la creencia de que tenemos un juego básico de sentimientos que son tan físicos como nuestro latido cardíaco o nuestros riñones o nuestros pulmones. Nos encontramos ya sea enojado, feliz, estresado, temeroso, experimentamos vergüenza, estamos sorprendidos o interesados. De igual manera que tenemos que ir al baño dentro de un período de veinticuatro horas y tenemos que respirar varias veces por minuto también tenemos que sentir a nuestros cuerpos. ¿Cuando es que sentimos? Bueno, yo pienso que estamos "sintiendo" todo el tiempo, pero estamos tan acostumbrados a hacerlo que normalmente apenas lo notamos. La mayor parte del tiempo tenemos un nivel bajo de "interés" en nuestro entorno; y el interés es un sentimiento emocional.

Los sentimiento motivan; los sentimientos nos dicen que hacer. Al principio queremos sobrevivir el día de hoy antes de pasar al día de mañana. Esto es importante cuando estamos pensando acerca de la "felicidad."

Si nos "sentimos" dentro de nuestros cuerpos entonces nos sentimos "felices" dentro de nuestros cuerpos ahora, hoy, no mañana. Parecería mejor poner atención a el "aquí y ahora" y resolver nuestros problemas hoy y no enredarnos en alguna posibilidad buscada de ser "felices" mañana; lo cual hacemos con muchísima frecuencia y descuidamos nuestros problemas del día de hoy.




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“¿Vale la pena?”



“¿Vale la pena?”


Por Brian Lynch, M.D.

Casi todos los tipos de relaciones tienen algún tipo de desequilibrio. Esto es desafortunado porque una de las partes siempre depende un poco más de la otra; claro que cada una depende de la otra en algún aspecto. El líder depende en sus seguidores para apoyo, pero en una relación uno a uno puede ser dispareja y hasta abierto al abuso: la relación de un padre de familia con uno(a) de sus hijos(as), un matrimonio, la relación de un mentor con su pupilo, o una relación de trabajo.

Dentro de estas relaciones uno a uno frecuentemente tenemos que hacer un juicio cuando nos encontramos en una situación de dependencia. Con frecuencia no nos gusta como nos están tratando. Ahora, tal vez no siempre esta claro quien tiene el poder, como en el matrimonio o en una relación. Tal vez sencillamente nos cuesta trabajo decidir lo que podemos y lo que no podemos aceptar.

Mi punto principal es que necesitamos tomar esta decisión bajo nuestras propias condiciones y no negociar con el diablo en cuanto a querer que la otra persona cambie. Sí, las personas pueden cambiar pero lo más probable es que no lo harán. Tal vez lo hagan a la larga pero si cambian nosotros tal vez podríamos ser catalizadores del cambio solamente dejando a la otra persona, no quedándonos; especialmente en una relación abiertamente abusiva.

La pregunta es “¿A donde vamos?” y “¿Como vamos a llegar allí?” Hay muchos aspectos acerca de esto. Yo no estoy diciendo que sean “egoístas,” ni estoy diciendo que no necesitamos a los demás o que nosotros u otros no necesitamos ayuda. Estoy diciendo que nosotros podemos ser tan parte del problema como el abusador. No, yo no los estoy exculpando, he inculpado a nosotros.

El problema se ve con frecuencia con personas con grandes habilidades: jefes, maestros, líderes. Uno tiene la oportunidad de conocerlos y de trabajar con ellos pero en la mayoría de los casos es un hecho de la vida que para poder llegar a donde ellos están muchos, si no la mayoría, de ellos tuvieron que hacer grandes compromisos con la vida que involucran tratar a las personas de una manera no muy buena. Observen cualquier combinación de una veintena de videos de las biografías de personas famosas y tal vez uno resultará como una persona “normal,” que trataba bien a casi todo el mundo.

De manera que si ustedes se asocian con alguien así o con un pariente o con un jefe resulta ser el mismo “pacto” con el diablo. “¿Vale la pena tener que aguantar el abuso?” Ellos van a donde van y no van a cambiar para mí ni para ustedes.

También es muy importante entender que la gente con frecuencia hace que uno se sienta “especial,” que uno es diferente. “Yo no te voy a tratar como trato a otros,” pero si uno los ve tratar a otros como uno no le gustaría ser tratado, yo más o menos les puedo garantizar que los tratarán de la misma manera. ¿Vale la pena?

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“Los Celos”

"Los Celos”


Por Brian Lynch, M.D.

¿Que es este sentimiento? ¿Todo mundo lo siente? Yo no estoy seguro. Antes que nada yo siento que casi todas las palabras emocionales, y esto es algo que yo diré con frecuencia, son palabras compuestas. Es decir, están compuestas más de palabras emocionales básicas y, por lo tanto, tal vez no significan los mismos sentimientos para cada uno de nosotros.

Esto es que cuando usted se siente “celosa(o)” tal vez siente “enojo” mientras que si yo digo que estoy “celoso” yo tal vez lo traduciría a decir que me siento “disgustado” o un sentimiento de “disgusto” y de “miedo.” Tal vez yo diría que me siento “lastimado,” pero yo siento que el hecho de estar celoso usualmente denota una postura más activa o agresiva, mientras que el decir que me siento “lastimado” podría parecer más “pasivo.” Dicho esto yo pienso que todos los celos vienen primero de un sentimiento de sentirse “lastimado(a)” que evoluciona a una postura más agresiva.

Es una dinámica muy sencilla. Yo estoy interesado(a) en esto o en aquello y siento una amenaza de que jamás obtendré esto o aquello o de que voy a perder lo que ya tengo. El tema operativo es que se trata de mí. Esto es verdad aun en una relación. Todavía sigue tratándose de mi, no acerca de la relación. Se trata de mí perdiendo la relación.

Los celos son una aportación negativa. En esencia esta diciendo: “yo no confío en ti;” y también esta diciendo que usted no confía en si mismo(a).

En algún sentido tiene que ver con sus pensamientos de que usted no es lo suficientemente inteligente, no es lo suficientemente bien parecido o guapa, no es lo suficiente mente rico(a), de que no le importa lo suficiente tratar de mantenerse atractivo(a) para la otra persona. El miedo y el estrés aumentan y sigue el enojo y les echamos la culpa a otros por lo que nosotros percibimos como nuestras deficiencias.

¿Por otro lado, si decimos que no confiamos en nuestra pareja no es lo mismo? Es nuestra propia inseguridad.

Ahora es diferente si ha habido una historia de traición con otros(as) en el pasado o en el presente. Es difícil volver a confiar, pero puede haber y con frecuencia hay tipos muy diferentes de circunstancias y de sentimientos. ¿Podemos creer que los buenos tiempos pueden continuar? Con frecuencia los celos son una especie de sabotaje contra una relación. Tenemos muy metido en nuestras mentes que ninguna relación dura de manera que pensamientos negativos se van metiendo lentamente en nuestras mentes y eventualmente destruyen las “escenas buenas.” Los buenos tiempos que hubieron podido ser. Acusamos, echamos la culpa y limitamos las acciones y las relaciones de una persona sin el más mínimo conocimiento o base.

También es, ¿o no?, aquel desastre sicológico de tentar a la persona a hacer exactamente lo que uno no quiere que haga. ¡No comas ese dulce! De manera que se lo come.

¿Ahora, que tal si alguien es infiel? Bueno, somos los dueños de otra persona? ¿De verdad podemos controlar a alguien? Yo pienso que no.

En tales situaciones algo anda mal en la relación. O nos miramos a nosotros mismos primero y después 1) vemos si a) queremos continuar con la relación y b) si la otra parte quiere seguir y si ambos podemos repararla o 2) nos vamos por caminos separados.

Tal vez podríamos pensar que es “natural” “atacar” a la otra parte. Yo digo que nada es “natural,” hay un número igual de personas quienes se culpan a ellos(as) mismos(as) por la infidelidad de sus parejas.

Necesitamos comenzar a ver la complejidad de estas situaciones y una manera de hacerlo es el comenzar a dejar de utilizar palabras “sencillas” como “celos” y comenzar a pensar acerca de como nos sentimos en realidad y el por qué nos sentimos así.


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